Historia de la Cátedra
El equipo que conforma el Taller de Representación Arquitectónica ha funcionado en forma ininterrumpida desde 1989, cuando comienza a dictarse la materia a instancias de los Talleres de Arquitectura.
Desde entonces hemos trabajado primero como parte de los Talleres Gaite y Baliero y luego, como Cabrera- Di Tomás- Gastellu cátedra independiente de los talleres.
El Taller a cargo del Arq. Guillermo Cabrera funciona como tal desde el año 2000, a partir del concurso convocado en ese momento por la Secretaría Académica de la FADU.A través de 20 cursos nuestra experiencia se ha renovado y enriquecido en forma permanente a partir de los docentes que han integrado e integran el taller y sobre todo por el aporte de los más de 3000 alumnos que nos han acompañado, muchos de los cuales se han incorporado como docentes en distintos momentos.
Equipo Docente
La asignatura propone desde sus fundamentos una fuerte interacción con el Proyecto; por ello es que los docentes del taller , mas allá de lo específico en las herramientas de dibujo y representación cuentan con considerable experiencia como proyectistas, formando parte también de equipos docentes de distintas cátedras de Arquitectura como Explora, Soler y Baliero.
Profesor Titular:
guillermo cabrera
Jefe de Trabajos Prácticos:
constanza sacchet
Docentes:
maximiliano alvarez
lorena leyes
walter vera
manuel nesta
javier bossi
natacha hugon
francisco farias
daniela massucco
emilia bidevich
magali avila
paula daneri
arturo de la fuente
Propuesta Pedagógica
Nuestra propuesta se fundamenta en enseñar y entender la representación arquitectónica como una herramienta de proyectación y expresión.
Tres ejes de acción articulan nuestro hacer para llevar adelante los objetivos planteados:
1- Lo conceptual: el dibujo como herramienta de diálogo y expresión
2- La modalidad: el trabajo en el Taller
3- Los ejercicios: los trabajos prácticos como disparadores
1- Lo conceptual: el dibujo como herramienta de diálogo y expresión
Desde su creación, la materia se presenta como un puente en la etapa de instrumentación del alumno entre los conceptos de dibujo básicos adquiridos (Dibujo -CBC y SRG ) y sus primeras herramientas como proyectista (Arquitectura I). A partir de allí podemos entender a la representación como una extensión del pensamiento arquitectónico y como una herramienta indispensable para la prefiguración del objeto arquitectónico en sus diferentes etapas.
Refuerza este concepto el hecho de que mientras en otras disciplinas del Diseño donde el proceso proyectual es más corto y donde gracias a las nuevas tecnologías la distancia entre ‘idea’ y ‘objeto’ se ha reducido aún más, en arquitectura, ese camino hasta el objeto terminado – el edificio construido- sigue siendo largo y complejo aún con el aporte de esas mismas tecnologías sumamente valiosas que incluyen los sistemas cad.
Nuestros alumnos reciben su Título sin haber desarrollado un solo proceso de diseño completo, por lo que resulta imprescindible que al menos cuenten con la mayor cantidad de herramientas y destrezas para encarar ese proceso de prefiguraciones.
Dentro de esos parámetros es que entendemos que la representación debe plantearse como la profundización de un problema comunicacional, es decir en la comprensión del dibujo como un vehículo de comunicación del proyectista con el medio en todos sus aspectos: comunicación consigo mismo ya que el dibujo es la proyección de su pensamiento y este varía en cada momento del proceso proyectual, de la idea al detalle pasando por todos los estadios intermedios; comunicación con los otros, a quien quiere transmitir ese pensamiento, debiendo modificar el lenguaje según su interlocutor- el cliente, el constructor, el editor, el jurado de un concurso, etc.
Tomar conciencia de esta problemática, significa descubrir la necesidad de encontrar el camino propio para establecer ese diálogo.
Entendemos que la dificultad del alumno de comunicarse a través del dibujo es producto del desconocimiento, el temor y/o la falta de práctica. Nuestra propuesta se basa en abrir el espectro de posibilidades para que el alumno encuentre un camino que le sea propio, potenciando su capacidad expresiva hacia un dibujo con carácter, con intención, puente entre la técnica y la plástica.
Lo antedicho no es sencillo de enseñar enciclopédicamente. Sin embargo es posible disparar en cada alumno su propia búsqueda de ese sutil equilibrio, dando carácter a los conocimientos gráficos que posee e incorporando nuevos en forma metódica de modo tal que puedan ser aprehendidos y utilizados en forma apropiada para comunicar sus ideas.
En definitiva, entendemos la cursada como un período de apertura y experimentación más que de resultados cerrados, concentrándose en el dibujo ’de carácter’ más que en el puramente técnico, tendiente a establecerlo como una práctica cotidiana, una herramienta para comprender e imaginar el espacio arquitectónico.
2- La Modalidad: El trabajo en el Taller
Para llevar adelante los principios planteados, resulta imprescindible disponer de un ámbito de trabajo donde el alumno se sienta cómodo y donde pueda aprender no solo de su propia experiencia sino también de la de sus compañeros: El Taller.
Por ello se ha desarrollado con singular éxito una mecánica de trabajo, apoyada básicamente en 2 ejes:
a. La implementación de ejercicios que en su mayoría se inician y concluyen en una clase.
b. La corrección permanente: durante cada clase el equipo docente recorre el Taller quedando a disposición de todos los alumnos, permitiendo a cada alumno o mesa de trabajo recibir más de una corrección de distintos docentes por clase, superando la instancia de corrección individual en pos de una experiencia mucho mas rica.
La instancia grupo/docente se reserva para la recepción de trabajos e instancias de corrección general e individual establecidas a lo largo de la cursada.
A partir de las correcciones recibidas, los trabajos pueden ser completados, corregidos o rehechos, constituyendo todo lo producido el material que conforma la entrega de fin de curso.
Todo ello nos posibilita:
· Establecer un vínculo dinámico con el alumno y su producción, acompañándolo en su proceso antes que en la verificación de su trabajo terminado.
· Favorecer la producción en un clima de trabajo conjunto.
· Optimizar el tiempo de cursado: es muy poco lo que el alumno necesita producir fuera del tiempo y espacio del taller.
· Recuperar la instancia de Taller como ámbito de trabajo y reflexión
3- Los Ejercicios: Los Trabajos Prácticos como Disparadores
Dentro de una asignatura eminentemente práctica como la que nos concierne, entendemos que los objetivos propuestos solo pueden alcanzarse a través de la ejercitación directa e intensiva. Esto significa avanzar en la deshinibición del alumno a partir de la premisa de que cada ejercicio es un medio y no un fin en si mismo; un vehículo con el cual esta permitido experimentar y equivocarse en la medida que ello sea un aporte para su conocimiento y la búsqueda de su forma de representación.
Los ejercicios no pretenden resultados inmediatos sino actuar como verdaderos disparadores de las capacidades de expresión propias de cada alumno para llegar a resultados posibles en pasos sucesivos.
Se presenta en cada caso un panorama amplio de elementos disponibles para representar: soportes, instrumentos, técnicas, en muchos casos a los que el alumno se enfrenta por primera vez y que actúan positivamente para desarrollar su potencial expresivo.
Cada ejercicio contribuye a trazar un camino de complejidad creciente en la representación: desde la reproducción de lo concreto en dos dimensiones, pasando por el relevamiento del espacio construido real a través del croquis para llegar la prefiguración de lo abstracto, del proyecto que aún no existe.
Este camino también se define a partir del carácter de los ejercicios: instrumentales los primeros, con pautas muy definidas y propositivos los últimos donde el alumno cuenta con mayor libertad y compromiso a la hora de encarar cada uno de ellos.
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